Recordando lo que el cuerpo sabe

El moverse desde la columna es ya intrauterino. Una vez nacemos, desarrollamos una serie de movimientos que apoyan la travesía hasta el complejo acto de caminar.

En este periodo inicial de nuestras vidas, usamos y perfeccionamos los cuatro movimientos básicos de la columna: flexión, extensión, torsión y rotación. Practicamos la rotación del cuello, girando la cabeza porque tenemos hambre, desarrollamos la extensión y la fuerza en el cuello cuando elevamos la cabeza para ver el mundo a nuestro alrededor, o darnos la vuelta y rotar la espalda torácica al alcanzar algo tentador, o a alguien querido.

Dominamos movimientos laterales, cual pez, para explorar el ambiente; deslizándonos sobre nuestras barrigas y avanzando a gatas hasta llegar a cuatro patas. Finalmente integramos estas secuencias de movimientos para encontrar nuestro modo de caminar.

Este viaje es hecho desde la curiosidad y el deseo, apoyado por la movilidad inherente, la fuerza y la inteligencia de la columna.  La vida física de un niño es dinámica, y la columna es el centro del universo físico del niño.

Como adulto, la consciencia sobre la columna es a menudo olvidada por falta de movimiento y conocimiento. Pero, aún podemos despertar la columna como la fuente del cuerpo.

¿En qué nos puede ayudar el Yoga?

El Yoga puede educarnos sobre la columna y ayudarnos a recobrar la resiliencia del centro de nuestro cuerpo: reconociendo y aplicando los cuatro movimientos básicos de la columna; restableciendo la conexión esencial entre la columna y los miembros superiores e inferiores, el cuerpo puede volver a su estado natural de equilibrio y gran bienestar; aprendiendo a sentir el modo en el que el simple hecho de respirar mueve la columna,  liberándose así la tensión a lo largo y en el interior de la columna. Todo ello, mejora la función de toda la estructura ósea del esqueleto, su envoltura muscular y libera el sistema respiratorio y neurológico.

Este aprendizaje debe ser consumado a través de volver a lo que innatamente ya conocíamos desde niños, reconociendo a la columna y el cuerpo como un todo en el potencial interior que percibimos en cada movimiento.

A través de la práctica del Yoga, en nuestro día a día, usando cuidadosos patrones de desarrollo del movimiento; trabajando inteligentemente con la franja de movimiento que permite nuestras articulaciones, y dentro de cada sección de la columna, podemos despertar una ola de energía que nos guiará hacia una ágil movilidad y gran bienestar.  Solo necesitamos mirar a nuestro interior y proceder con paciencia e interés.

…Y yo añadiría, como cuando éramos niños aprendiendo a caminar.

 

Artículo original:    “ Remembering What the Body Knows”  Tama Soble

https://www.estheryoga.com/remembering-what-the-body-knows/

Traducido por María Uceda Muro. Mayo 2020